El Juglar de la Red
Por Rafael Cano Franco
Mexicanas al grito de guerra
En una sociedad como la nuestra, nacer mujer representa una injusta desventaja; su trabajo no se paga igual que el de los hombres a pesar de que pueden hacerlo mejor; el machismo sigue siendo un aspecto cultural opresor; los feminicidios, aun cuando se han tipificado como un delito, no disminuyen y las mujeres diariamente son violentadas, de hecho 10 son asesinadas diariamente; la discriminación es otro factor que atenta contra su dignidad como personas.
Todo esto sucede en una sociedad donde ellas son mayoría y constituyen más de la mitad de la población del país.
Ciertamente no somos la misma sociedad que hace 50, 30 o 20 años atrás; las mujeres, a fuerza de empujar han avanzado, eso es innegable, pero les ha costado el doble o hasta el triple de esfuerzo que a los hombres.
Si bien su presencia en el mercado laboral es notoria y contribuye activamente a elevar índices económicos, todavía sigue sin ser erradicado el viejo papel que se le asignó como un rol a ultranza que debe observar dentro de la sociedad.
En la vida política, social, económica y cultural las mujeres han fortalecido su posición y se les reconoce porque su actividad es descollante y contribuyente, sus aportes enaltecen a un sociedad que tradicionalmente las marginó y en no pocos casos las mantuvo en la invisibilidad, negándoles oportunidades, cerrándoles las puertas y siendo restrictiva en su participación.
Pero aún hoy, las mujeres siguen viviendo en una sociedad que no les permite la igualdad. La inequidad, la falta de oportunidades, la violencia, la ignorancia, la pobreza y las muertes evitables, siguen siendo asuntos de relevancia que afectan a las mujeres mexicanas.
Destaca con mucho, el grave problema no resuelto de los feminicidios. El 2021, de enero a diciembre, se tipificaron 1004, mil cuatro feminicidios; ese mismo año, de enero a diciembre se documentaron 3 mil 544 asesinatos de mujeres; 2 mil 540 fueron víctimas de asesinatos dolosos y las mil cuatro sufrieron feminicidio por razón de genero.
Son cifras récords de violencia contra las mujeres, justamente cuando hablamos que su presencia es más visible, la violencia contra ellas también resulta mucho más evidente y el problema es que esas estadísticas van incrementándose anualmente. 2021 fue más violento que 2020 y este mucho más que 2019. De enero del 2019 a noviembre del 2021, el feminicidio aumentó 4.13 por ciento.
Con esas cifras es muy certera la precisión que hacen organizaciones que trabajan diariamente con las víctimas, señalan que la violencia feminicida en México, no solamente está muy lejos de acabarse, incluso está muy lejos de mejorar.
Si esos números alarman, lo hace más el hecho de saber que los registros gubernamentales, como suele suceder, no son reales, generalmente contabiliza menos víctimas de las que hay en realidad; se estima que solamente el 25 por ciento de los asesinatos de mujeres se tipifica como feminicidio, eso indicaría la necesidad de multiplicar por cuatro las cifras para acercarnos a un número real.
La violencia y los feminicidios es una de las situaciones de gran atraso que afectan la incorporación plena y digna de la mujer a la vida nacional,
A ese tema se le debe añadir que reciben menor remuneración salario de la que reciben los varones en los mismos empleos; hay un descuido en las políticas públicas de salud que se reflejan en las cifras elevadas en la mortalidad materna o en los embarazos de adolescentes.
El problema de la trata y de la esclavitud sexual de las mujeres es un problema alarmante que poco se ha atendido. La pobreza que las afectas, tiene efectos demoledores en mujeres indígenas y las que viven en el campo.
En la vida política su participación se minimiza y los partidos políticos continúan con la vieja práctica de simulación para sacarle la vuelta a cumplir con las llamadas cuotas de género.
Cuando se habla de las mujeres en México, se hace referencia a la mitad de la población total del país; a más de la mitad de la población en edad de trabajar, de la mitad de la matrícula escolar y del mayor número de votantes registrados en el padrón electoral vigente.
Tienen razón cuando se afirma que las mujeres son mayoría en un país de arraigadas tradiciones machistas.