El Juglar de la Red

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Por Rafael Cano Franco

Muchos opositores, poca oposición

El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador puede cometer los peores dislates, puede ser todo lo antifeminista que se quiera; un atajo de incapaces; un fracaso económico; una cloaca de corrupción, dejar morir a los niños con cáncer, perseguir científicos, no prever las consecuencias de una pandemia y la afectación a la salud y la economía. Puede ser todo eso y cualquier cosa que le quieran agregar, pero no hay oposición que lo capitalice.

De escándalo en escándalo, la llamada 4T no tiene quien la frene. Sus opositores están disgregados y no logran cohesionar un auténtico proyecto opositor, que sea más social que político.

Jorge de Hoyos, vocero de la agrupación “Va por México”, enumeró hace unos días cuatro ejes para evitar el triunfo electoral de la 4T. Todo sustentado en una gran alianza de partidos políticos para hacer frente a Morena y sus aliados.

El problema es que en la elección del 2021, esa alianza perdió en 13 de las 14 gubernaturas en las cuales participó. Solamente ganó Chihuahua. Para el 2022, el escenario es más catastrófico y el propio dirigente del PAN, Marko Cortés lo reconoció al aceptar que están en riesgo de perder cinco de las seis gubernaturas en juego.

La Alianza enfrenta problemas serios con sus integrantes; mientras el PAN prevé un panorama electoral sombrío, en el PRI no dejan de coquetear con la 4T, Movimiento Ciudadano es aliado del gobierno federal en temas de coyuntura y en algunas entidades es su bisagra para aprobar temas de impacto social; el PRD es un partido político que paulatinamente se desdibujó al grado de que perdió su registro en varias entidades.

La visión de la agrupación “Va por México”, de tratar de tener convocatoria política únicamente, es una receta fallida.

Morena, perdió en la elección del 2021 cerca de diez millones de votos con respecto a la elección del 2018, son muchos votos pero no los suficientes para perder el control legislativo en la cámara de Diputados y Senadores, donde conserva mayoría.

Lo sucedido en la elección muestra que hay opositores y crecen, pero no hay estructura en la oposición.

La popularidad del Ejecutivo se mantiene en muy altos niveles de aceptación, pero su gobierno reprueba en temas como el económico, la seguridad pública, combate a la corrupción, la pandemia de Covid-19; lo anterior nos indica un gobernante muy bien evaluado con un gobierno fallido.

Pero con eso le alcanza.

Hacer alianzas políticas pareciera una estrategia fallida, en particular porque tiene mucho de lo que no se quiere y adolece de lo que se necesita: hay mucho político y poca presencia ciudadana.

Estos opositores basan su esfuerzo en declaraciones a la prensa y mensajes en las redes sociales, desde esas burbujas se afanan en una lucha que creen ir ganando; pero su contacto popular es nulo.

Mientras los opositores no abanderen causas, asuman posturas, defiendan posiciones y sean proactivos en su relación con los electores, seguirán siendo unos perfectos desconocidos que no tendrán impacto y que estarán condenados a ser una oposición de mentiritas.

El candidato de la “Alianza Va por México” debería ya estar en campaña, ser una voz que se alce contra las imposiciones gubernamentales, una figura pública reconocida, un líder de trascendencia nacional, pero en lugar de eso hay dispersión, no existe cohesión y cada quien dispara desde su trinchera sin una estrategia de ataque efectiva.

Lo peor: no existe esa figura de oposición que conjunte a todos y asuma el liderazgo de un movimiento donde haya más sociedad y menos políticos; con causas ciudadanas en lugar de consignas salidas de los partidos políticos.

Si realmente quieren derrotar al presidente López Obrador y a su 4T están obligados a construir una oposición con una amplia base social y eso requiere salir a la calle, reunirse con lideres locales o regionales; atender demandas y ofrecer soluciones alternativas a las que propone el régimen.

Si siguen en esa postura cómoda de ser solo opositores de curul o de redes sociales, la realidad electoral los volverá a rebasar.

No se trata de una alianza solamente de empresarios con políticos, a la ecuación deben sumarle pueblo, solamente así podrían conseguir su objetivo de marcarle el alto a la 4T.


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