Irak.- La ciudad de Ur, donde se cree que fue el hogar del profeta Abraham, está ubicada en la provincia de Di Qar, en el sur de Irak. El papa Francisco oficiará esta semana una misa interreligiosa en este lugar histórico. Francisco se convertirá en el primer papa en la historia en visitar Ur y también en el primero en pisar Irak.
La ciudad de Ur, que se cree que fue el hogar del profeta Abraham, tuvo que esperar casi cien años desde que fue descubierta por un arqueólogo británico para recibir la visita de un pontífice y será el papa Francisco quien esta semana oficiará una misa interreligiosa en este lugar histórico.
Ubicada en la provincia de Di Qar, en el sur de Irak, la ciudad que se cree que vio crecer al profeta Abraham data de hace unos 6,000 años, según los historiadores, y es uno de los lugares sagrados más importantes para el cristianismo en la antigua Mesopotamia.
Esta semana, Francisco se convertirá en el primer papa de la historia en visitar Ur y también en el primero en pisar Irak, después de casi dos décadas de guerra e inseguridad.
“La histórica visita del Papa de la Ciudad del Vaticano estaba originalmente programada para el año 2000, pero las condiciones que existían en Irak en ese momento lo impidieron”, dice a Efe el jefe de medios de la oficina iraquí de dotaciones para cristianos, el padre Martin Hermes, que lamenta tanto retraso.
Según Hermes, Francisco realizará “una peregrinación espiritual a la casa de Abraham en Ur”, un yacimiento excavado en 1922 por el arqueólogo e historiador británico Leonard Woolley.
“Woolley descubrió un sitio que se mencionaba religiosamente en la Torá, junto con otros indicios que confirmaban que esta casa pertenecía al profeta Abraham a través de los artefactos sagrados que se encontraban en su interior, entre otros restos”, dice a Efe el historiador iraquí Ali al Namshi.
Explica que Ur era popular entre los turistas occidentales en las décadas de 1970 y 1980, pero este histórico sitio quedó prácticamente olvidado en los años posteriores por la inestabilidad política que espantó a los visitantes extranjeros y devastaron Irak desde la guerra contra Irán (1980-1988), hasta la invasión estadounidense de 2003 y la posterior violencia sectaria.