Este es el caso de la comunidad migrante que habita en el campamento habilitado en Matamoros, en el límite con la ciudad estadounidense de Brownsville, Texas. Apoyados en inflables, sogas y botellas de plástico, niños y adultos atraviesan el caudal que, tras lluvias crecientes, acarrea una corriente peligrosa. “Tenemos más de un año de estar aquí esperando y nada. La única…
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