En medio de un sistema judicial marcado por tecnicismos, formalismos y una profunda desconexión con la ciudadanía, surge una propuesta distinta: la del juez Félix Aurelio Guerra, candidato al cargo de Juez de Primera Instancia Penal en Ciudad Juárez, quien busca transformar la manera en que se comunica y aplica la justicia.
Con 25 años de trayectoria en el poder judicial y una sólida experiencia en casos de narcomenudeo y tratamiento de adicciones, Guerra se presenta como una figura cercana, clara y profundamente humana.
“¿Alguna vez has leído un documento legal y te has sentido perdido entre tantos tecnicismos? No estás solo”, afirma el juez, en un llamado que resuena con la experiencia cotidiana de muchos ciudadanos que enfrentan procesos legales sin comprenderlos plenamente.
Una de las cualidades que más destacan en su perfil es su enfoque empático y horizontal.
“He dedicado mi carrera a escuchar horizontalmente, poniendo atención a cada caso sin ser inquisitivo”, declara, evidenciando una práctica judicial poco común en un entorno frecuentemente percibido como frío y distante.
La propuesta de Guerra no es simplemente técnica, es profundamente transformadora.
Busca que “la justicia hable tu mismo idioma”, una idea que apunta directamente a una de las grandes deficiencias del sistema: el lenguaje inaccesible que margina a víctimas, testigos e incluso imputados del entendimiento básico de sus propios procesos legales.
En este contexto, el llamado de Guerra es claro: “Con tu voto, construiremos un sistema judicial donde nadie se sienta excluido por no entender los procedimientos legales”.
Más allá de una campaña, su mensaje se convierte en una demanda urgente de reforma: humanizar la justicia, hacerla comprensible y, sobre todo, accesible para todos los sectores sociales.
Félix Aurelio Guerra cierra con una invitación contundente: “Vota por una justicia con humanidad. Vota #68, vota boleta rosa”.
Una propuesta que, de consolidarse, podría marcar el inicio de una nueva forma de ejercer justicia en Ciudad Juárez: más clara, más humana y, sobre todo, más cercana a la gente.