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Por tercera vez, elementos del 35 Batallón se toparon ayer con miembros del crimen organizado al incursionar en busca de las narcofosas de Casas Grandes, pero ésta vez llegaron a la guarida del grupo criminal y fueron recibidos a balazos con el arsenal que guardaban aquellos.
La pericia de los militares pudo más que la de los reclutados para sicario, responsables del narcopanteón en la alta sierra del llamado Pueblo Mágico, por lo que en la refriega donde salieron a relucir las armas de alto calibre, dos de los presuntos delincuentes cayeron abatidos y otros más huyeron.
En el lugar, una pequeña comunidad rústica conocida como Steven, donde predominan productores norteamericanos de manzana, responsables de desviar la carretera que debía llegar a El Largo Maderal y que quedó en una ruta estéril que hasta ahora era dominada por el crimen organizado, los militares hallaron el avispero donde se guardaban 60 armas de fuego, cascos y chalecos tácticos, cargadores, radios y al menos 6 vehículos
El objetivo de los militares era resguardar al equipo de peritos en antropología forense y a elementos de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), para iniciar las excavaciones de al menos 20 narcofosas que se ubicaron en la zona el día anterior, sin saber que se encontrarían con el nido en el que fueron recibidos a balazos.
Las excavaciones tuvieron que esperar y la prioridad fue repeler la agresión y neutralizar a los hostiles.
Este es el tercer encuentro entre militares y presuntos delincuentes, el primero a finales de diciembre donde también fueron recibidos a balazos y como resultado, lograron arrestar a tres sicarios y decomisar un pequeño arsenal que incluía lanzagranadas.
Uno de los civiles capturados cayó herido en la refriega y resultó ser el comandante de un grupo de al menos 50 sicarios, identificado como Pablo “N” de 33 años, alias “El Peluchín”, quien al ser investigado terminó confesando la ubicación de las narcofosas en El Willy.
Información Diario.mx