Old Timer, un macho fotografiado por primera vez en 1972, fue visto el mes pasado cerca de Alaska, resistiendo en el Océano Pacífico mientras otras ballenas jorobadas luchan en un entorno cambiante.
La cola de una ballena jorobada es tan única como una huella dactilar. Los lóbulos, o aletas, al final de la cola tienen bordes festoneados que varían de una ballena a otra; la parte inferior presenta patrones distintivos en blanco y negro que marcan a la ballena de por vida.