El príncipe Harry, quien cumple 40 años alejado de la familia real, sigue lidiando con la distancia emocional que lo separa de sus seres queridos. Su relación con su hermano Guillermo es inexistente, y hace tiempo que no ve a su padre, el rey Carlos III. Aunque algunos de sus conocidos afirman que Harry está disfrutando de su nueva vida en California, también parece estar en busca de reconciliación con su pasado, sin tener claro cómo regresar.
Desde que dejó Inglaterra hace cuatro años, Harry ha pasado de ser un joven que acompañó el féretro de su madre, la princesa Diana, a un adulto que enfrenta sus fantasmas personales mientras provoca críticas en el Reino Unido por airear sus asuntos familiares. Su vida ha cambiado drásticamente desde su etapa pre-Meghan a la post-Meghan. Ha reemplazado los uniformes militares y las medallas por ropa casual y se ha dejado crecer la barba. Vive con su esposa Meghan y sus dos hijos, Archie y Lilibet, en una lujosa casa de 13 millones de dólares en Montecito, un vecindario que también alberga a celebridades como Gwyneth Paltrow y Katy Perry, un contraste marcado con su antigua residencia en el Palacio de Kensington.
A pesar de su nueva rutina, que incluye tareas cotidianas como llevar a los niños al colegio y pasear en bicicleta, y a pesar de que las estrictas normas de bienestar impuestas por Meghan son más rigurosas que las del protocolo de Buckingham, Harry parece estar disfrutando de su vida en California. Sin embargo, es cuestionable si esta es la vida que realmente buscaba.
Cuando Harry negoció su salida de las responsabilidades reales, argumentó que su familia no estaba segura en Inglaterra, pero no anticipó que pasaría de ser un príncipe querido a convertirse en una figura socialmente rechazada. Según YouGov, la popularidad de Harry y Meghan está en un punto bajo, solo superada por la del príncipe Andrés. Sin embargo, entre la generación más joven, la popularidad de Harry y Meghan es considerablemente mayor, alcanzando el 48%, una cifra comparable a la del príncipe Guillermo, quien ha cortado toda comunicación con él.
Recientemente, en el funeral de Lord Robert Fellowes, tío de Harry y Guillermo, los hermanos se sentaron por separado y ni siquiera se miraron. En mayo, durante una visita a Inglaterra, el rey Carlos no pudo encontrar tiempo para reunirse con Harry, a pesar de tener un evento importante en Buckingham Palace. Desde entonces, Harry ha visto a su padre solo una vez, cuando viajó de urgencia desde California tras enterarse del cáncer del rey Carlos. La reunión duró solo 45 minutos y no se han vuelto a ver desde entonces.
A pesar del distanciamiento, se dice que el rey está más dispuesto a perdonar que Guillermo, quien parece decidido a evitar cualquier reconciliación con su hermano. La ruptura entre los hermanos es especialmente dolorosa dada la cercanía que compartieron tras la muerte de su madre. El resentimiento hacia Meghan, la esposa de Harry, se ha intensificado, con algunos acusándola de tomar decisiones controvertidas que separaron a Harry de sus raíces.
Las humillaciones públicas hacia Harry han sido sutiles pero severas. Por ejemplo, durante el fallecimiento de la reina, se prohibió la presencia de Meghan en Balmoral y Harry fue excluido de las reuniones familiares para planificar el funeral. Los cortesanos del palacio temen que Harry filtre información privada a los medios, especialmente después de las explosivas revelaciones de su libro, En la sombra. Estos detalles han afectado gravemente su imagen pública.
Harry había intentado negociar una salida parcial de sus deberes reales, pero la reina Isabel le dejó claro que no se podía estar en el medio. Quería mantener su título y beneficios mientras explotaba los secretos familiares, pero esa estrategia no ha funcionado bien. Su libro, que se convirtió en el más vendido en la historia, ha tenido un impacto negativo en su reputación, y las aspiraciones de Harry y Meghan de reinventarse y hacerse millonarios están encontrando serias dificultades.
Muchos de sus antiguos amigos se han distanciado, considerando indignante su comportamiento. Por ejemplo, el duque de Grosvenor, padrino de los hijos de Harry y Guillermo, le pidió que no asistiera a su boda para no incomodar a su hermano.
Harry ha alcanzado una edad mayor que la que tenía su madre al morir, pero su trauma infantil aún persiste. Algunos amigos lo describen como una persona llena de rabia que ha perdido su camino y desea reconciliarse con su familia y su país, pero no sabe cómo regresar. En una entrevista de 2016, Harry comentó: “No hay nada peor que pasar por un periodo de tu vida en el que tus acciones tienen impacto y de repente te abandonan. Quieres seguir haciendo una diferencia, pero nadie te escucha.”
El actor británico Ian McKellen, conocido por su papel como Gandalf en El Señor de los Anillos, ha descrito a Harry como poco inteligente, pero también mostró compasión por las difíciles circunstancias que enfrenta: “Imagínate nacer en la Familia Real; ser una figura pública es complicado, pero vivir en esa prisión dorada puede ser muy sombrío.”
