La competencia electoral en Estados Unidos continúa muy reñida, con la atención de las campañas centrada en siete estados cruciales. Aunque la vicepresidenta Kamala Harris se destacó y ganó el reciente debate contra Donald Trump, este evento no ha alterado significativamente el panorama electoral a menos de dos meses de las elecciones. Los analistas apuntan que, en el sistema electoral estadounidense, donde no existe un voto directo para el presidente, la victoria en el debate puede no tener un impacto decisivo en el reducido número de votantes que determinarán el resultado final.
El debate, transmitido en vivo, atrajo a 67 millones de espectadores, una cifra notablemente alta. Harris llevó la delantera desde el inicio, poniendo a Trump a la defensiva y provocando algunas de sus respuestas más controvertidas. Entre estas, Trump hizo afirmaciones inusuales, como que migrantes indocumentados en Ohio estarían comiendo las mascotas de los ciudadanos y que los demócratas estarían involucrados en abortos de bebés nacidos vivos. Estas declaraciones generaron una oleada de memes y burlas en redes sociales.
A pesar del revuelo, los sondeos post-debate sugieren que las tendencias electorales no han cambiado drásticamente. Algunos votantes siguen expresando dudas sobre Harris, con encuestas que indican que Trump pudo haber ganado apoyo entre los indecisos que vieron el debate.
El sistema electoral, que asigna delegados por estado al Colegio Electoral, hace que unos pocos miles de votos en siete estados puedan definir el resultado nacional. Por ello, las campañas están concentrando esfuerzos y recursos en Pensilvania, Arizona, Nevada, Michigan, Wisconsin, Georgia y Carolina del Norte.
Harris ha intensificado su campaña, visitando estos estados clave y abordando preocupaciones sobre la economía y la política. En particular, ha resaltado propuestas para mejorar el acceso a la vivienda, apoyar a las familias y reducir costos básicos. Sin embargo, enfrenta críticas por su manejo de temas como el conflicto israelí-palestino y el cambio climático.
A pesar de estas dificultades, Harris cuenta con ventajas significativas, como el apoyo de sindicatos y organizaciones feministas. Además, el respaldo de figuras públicas como Taylor Swift ha generado un aumento en el interés por el registro de votantes, demostrando el potencial impacto de tales endosos en la movilización electoral.
