Un grupo que se supone son universitarios, marchó, protestó y destruyó puertas y ventanas del edificio de la Rectoría. Los chicos y chicas, la mayoría identificados con Morena, no quieren pagar inscripción ni colegiaturas a la UACh para que se mejoren las instalaciones y la calificación mínima bajarla a seis.
Claro que nadie quisiéramos pagar colegiaturas, queremos instalaciones de lujo y que no hubiera reprobados, pero eso no se puede, menos cuando el Gobierno Federal, no le mete ni un centavo a la educación en Chihuahua; hay que dedicarse más, para superar un seis, los moshs, que nunca egresaron de la universidad, no tiene cabida, por lo menos en las unis de la entidad. Ellos fueron agitadores y punto.
Es evidente que la movilización fue de personajes ligados a Morena; en donde aparece la figura del diputado Oscar Castrejón Rivas, quien cobra en la UACh y agita desde las aulas.
Las causas son muy vendibles, se entienden como vendibles, pero llegar a vandalizar el icónico edificio que es patrimonio de los chihuahuenses y de los mismos universitarios (de ayer y de hoy), no hay forma de admitirlo, ni son justificables.
Evidencian que se trata de anarquía; buscan la desestabilización del Alma Mater, la izquierda es especialista y Castrejón en eso da cátedra y más si tiene la asesoría de personajes innombrables en Chihuahua.