Acapulco, devastado y aislado

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Causa destrucción huracán Otis a su paso por Guerrero; cancelan vuelos y corridas.

Acapulco.- Más de 12 horas después de que Otis tocó tierra como huracán de categoría 5 en la costa del Pacífico sur mexicano, la noche del miércoles aún seguía sin saberse si había dejado muertos o la magnitud real de los daños. Residentes y visitantes quedaron sin luz, teléfono o comunicaciones, servicios que aún no se han podido restablecer. 

La entrada del huracán en el turístico puerto de Acapulco provocó inundaciones y deslaves significativos que bloquearon los principales accesos a la ciudad y a otras zonas del estado de Guerrero. Medio millón de viviendas quedaron sin luz, indicó la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y hasta la noche del miércoles se había restablecido el servicio para alrededor de 200 mil familias.

Otis alcanzó niveles devastadores a la misma velocidad con la que se disipó la tarde del miércoles en las montañas del interior mexicano. Los expertos ya lo consideran la tormenta más fuerte de la historia en tocar tierra en la costa este del Pacífico. 

Ingenieros militares y funcionarios estatales trabajaron durante el día de ayer en abrir un paso terrestre para los equipos de emergencia, lo que se logró por la tarde, informó la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en su cuenta de X. 

El aeropuerto de Acapulco se mantenía cerrado y con muchos daños, agregó la agencia. El de Zihuatanejo (a 240 kilómetros de distancia) operaba con normalidad. 

La Zona Diamante de Acapulco, un área frente al mar repleta de hoteles, restaurantes y otras atracciones turísticas, quedó cubierta por un enorme manto de agua marrón, en las que bulevares y puentes quedaron completamente ocultos. 

Grandes edificios perdieron paredes y tejados, ya sea de forma total o parcial y los ventanales de cristal habían desaparecido. Paneles solares desprendidos, coches y escombros cubrían el vestíbulo de un hotel. En algunas zonas la gente caminaba con el agua hasta la cintura, mientras que en otras calles los soldados retiraban del pavimento escombros y ramas caídas. 

Los padres y el hermano de Alicia Galindo, una estilista mexicana de 28 años, estaban en uno de esos hoteles, el Princess, para una convención internacional de minería. A mediodía del miércoles, la mujer recibió una llamada de ellos gracias a que miembros de la Cruz Roja les facilitaron un teléfono satelital durante un minuto.

Fue entonces cuando le explicaron que lo peor ocurrió entre la 1.00 y las 3.00 de la madrugada, cuando Otis tocó tierra. “Empezaron a caerse las ventanas, romperse pisos, volar colchones, se cayeron puertas, se rompieron paredes, quedaron así al vacío, literal”, contó Galindo a Associated Press. 

Trabajan para restablecer las comunicaciones

Miles de elementos de equipos de emergencias y rescate de distintas corporaciones trabajaban por tierra, mar y aire a toda intensidad para restablecer las comunicaciones y ofrecer ayuda a la población. Por la tarde, la Marina informó que había desplegado tres buques logísticos que podían funcionar como hospitales. La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, dijo que se estaba priorizando la atención hospitalaria, aunque no reveló una cifra de heridos. 

“Una cosa es que un huracán categoría 5 toque tierra cuando esperas un ciclón fuerte, pero que ocurra cuando no esperas que sea grave, es una pesadilla”, dijo Brian McNoldy, investigador de la Universidad de Miami. 

López Obrador informó que el huracán “pegó muy fuerte” en las regiones de Costa Grande, Acapulco y Técpan. Ayer por la mañana dijo que no había reportes de fallecidos, pero admitió que se habían perdido las comunicaciones “por completo”.  

Mientras se restablecen las comunicaciones, las autoridades militares decidieron instalar un centro de mando en Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, para coordinar las operaciones de rescate, informó el departamento de prensa de la Secretaría de la Defensa a AP. El Ejército mantiene 7 mil efectivos desplegados en Guerrero y el miércoles envió a la zona a mil 250 militares adicionales. 

Las autoridades mexicanas recordaron que Otis fue un huracán más potente que Paulina, el ciclón que en 1997 arrasó con partes de Acapulco y dejó más de 300 muertos. Cientos de personas más resultaron heridas en las inundaciones y deslaves en aquel momento.  


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