Mientras vivimos en tiempos donde la ciudadanía se ha vuelto mucho más sensible y empática ante el sufrimiento de los animales, la legislación se ha mostrado poco lenta para sancionar las conductas que atentan contra la vida de los mismos, cometidas por personas sin escrúpulos.
Está comprobado que la condición instintiva de los animales los hace sumamente vulnerables, tal es el caso de la exposición a los fuegos pirotécnicos, estruendos y explosiones.
La exposición de los animales a la quema de artificios o fuegos pirotécnicos es una preocupación que merece una atención inmediata. Como sus acompañantes en esta tierra debemos velar por el bienestar de todas las criaturas, partiendo de que nuestras festividades no deben convertirse en pesadillas para ellos.
Por ende, debemos optar por alternativas compasivas y educar a la sociedad sobre este tema, podemos celebrar de manera responsable y respetuosa, asegurando que los animales vivan sin miedo y angustia innecesarios. Si hacemos esto, daremos voz a aquellos cuyos gritos de sufrimiento han permanecido silenciosos durante demasiado tiempo.
Lo decimos con base al conocimiento científico y por la experiencia: las explosiones y estruendos tienen consecuencias como alteración de comportamiento, estrés y daños que derivan en su muerte.
Ya sabemos que la pirotecnia, con sus deslumbrantes luces y estallidos, es una parte arraigada de muchas celebraciones culturales en todo el mundo. Sin embargo, lo que para nosotros puede ser una festividad alegre, para los animales representa una pesadilla de estrés y sufrimiento.
Ellos tienen audición sensible, principalmente los perros, gatos y aves.
En el caso de los canes, considerados el mejor amigo del hombre, pueden temblar, esconderse o intentar huir, mientras que las aves pueden entrar en pánico y volar descontroladamente.
Por eso es de mencionar que esta angustia no solo es perjudicial para su bienestar emocional, sino que también puede tener consecuencias físicas graves.
Se estima que la quinta parte de desapariciones de animales mantenidos como compañía se deben a sonidos muy fuertes, principalmente fuegos artificiales y tormentas.
Por otra parte, los petardos son venenosos, y su explosión libera partículas nocivas como el polvo fino (PM10), respirable y tóxico, pudiendo empeorar enfermedades existentes y ocasionar otras. Por tanto, los fuegos artificiales representan un peligro para los animales.
Estos productos químicos también son peligrosos, al igual que lo son en el caso de seres humanos con enfermedades respiratorias como el asma. El uso descuidado de los fuegos artificiales también puede ocasionar mutilaciones y accidentes mortales en los animales cercanos al evento, así como provocar incendios que dañan a animales.
Cuando ocurren accidentes de este tipo que afectan a seres humanos, es habitual que se hable de ello, pero hemos de recordar que muchas veces afectan a animales de otras especies.
Recordemos que las reacciones pirotécnicas generan chispas, llamas, humo y truenos, y nuestros perros sienten temor y al huir pueden ser víctimas de accidentes o perderse; a los gatos les llaman la atención y pueden correr detrás de esos explosivos y lesionarse, ingerirlos o incluso perder la vista. A las aves, los truenos les provocan taquicardias que pueden llegar a provocarles la muerte.
Hemos presentado una modificación legal a la Ley de Bienestar Animal, que se redactó como sigue:
ARTICULO PRIMERO. – Se reforma la Ley de Bienestar Animal para el Estado de Chihuahua, a fin de que se adicione una fracción XXXV en el Artículo 9, con la finalidad de prohibir la exposición de los animales a la quema de artificios o fuegos pirotécnicos o explosivos, que alteren su comportamiento, generándoles estrés, cualquier otro tipo de sufrimiento o, como consecuencia de ello, la pérdida de la vida, esto es dar un paso a la sensibilización y cuidado que debemos mantener para con la vida animal.