El caso ocurrió en España, conmocionó a la sociedad y este 5 de octubre, finalmente tuvo una sentencia condenatoria
La Audiencia Provincial de León, en España, emitió una sentencia condenatoria que pone fin a un caso de estafa que ha conmocionado a la comunidad local. Un hombre, identificado como V.J.P.C., ha sido condenado a siete años de prisión por estafar más de 287,000 euros a una anciana de la provincia de León. La víctima, una mujer nacida en 1941, sufre de un trastorno mental que afecta su pensamiento de manera delirante, lo que la llevaba a creerse santa y le impedía razonar con claridad.
El plan maestro del estafador se fraguó en 2013, varios años después del fallecimiento de su esposo, cuando la mujer acudió a una misa y creyó que la Virgen se había fijado en ella y la había declarado santa. Acompañada de un amigo de la familia, este último se percató de su desequilibrio emocional.
Fue entonces cuando comenzaron las llamadas en las que una voz que se hacía pasar por la Virgen o Jesucristo le exigía dinero. Durante seis años, el estafador logró convencer a la anciana de que debía sacar dinero de sus cuentas bancarias y entregárselo a él, con la promesa de que sería depositado en el “Banco del Cielo” y tendría un rendimiento superior.
El modus operandi del estafador no se limitó solo a llamadas telefónicas. Utilizó un negocio que regentaba, el cual incluía un cuarto de masajes, para reforzar su engaño. Le decía a la anciana que colocara el dinero en un cajón, asegurándole que él lo llevaría al “Banco del Cielo”, donde, supuestamente, tendría más rendimiento y podría construir una casa. Además, para darle mayor credibilidad a sus afirmaciones, escenificaba conversaciones telefónicas con Dios, la Virgen o la madre fallecida de la víctima. Estas conversaciones incluían amenazas a los hijos y al dinero de la anciana si revelaba sus acciones.
La estafa comenzó con pequeñas cantidades, pero con el tiempo, la mujer llegó a domiciliar su pensión de viudedad, que ascendía a 800 euros, en la cuenta del estafador. Prácticamente, no quedaba dinero para sus gastos mensuales, ya que la mayor parte continuaba siendo donada al proyecto divino ficticio del estafador. La situación llegó al punto en que la mujer se vio obligada a pedir dos préstamos bancarios para mantener la farsa en la que había sido involuntariamente involucrada.
Fue gracias a la intervención de los hijos de la víctima que se descubrió la estafa y se denunció al estafador. La familia aseguró que la mujer no era especialmente religiosa, lo que destaca aún más la manipulación ejercida por el estafador para llevarla a la ruina.
Durante el juicio, el acusado negó los hechos y argumentó que la mujer tenía problemas de salud mental y que nunca estuvo involucrado en ninguna estafa. Sin embargo, las pruebas presentadas en el juicio y los testimonios de la familia de la víctima llevaron a la Audiencia Provincial de León, En España, a dictar una sentencia condenatoria de siete años de prisión.
Esta sentencia subraya que el estafador era plenamente consciente de que agotaría todo el patrimonio de su víctima, una realidad que lamentablemente se cumplió.