La crisis migratoria en la frontera entre Estados Unidos y México ha llevado a estados como Texas, California y Arizona a declarar emergencia debido a la afluencia diaria de miles de migrantes. En medio de esta situación, ambos países buscan aliviar la presión mediante acuerdos para el retorno de los migrantes a sus lugares de origen.
En Eagle Pass, Texas, las autoridades migratorias de Estados Unidos se vieron obligadas a cortar el alambre de púas en la frontera para permitir el paso de un grupo de migrantes que se aventuraron en el peligroso río Grande, desafiando las barreras instaladas este año por orden del gobernador Greg Abbott. Imágenes impactantes de MSNBC mostraron a agentes cortando el alambre para evitar una tragedia que involucraba a familias con niños atrapadas entre las alambradas.
En Nogales, Arizona, un agente de la Patrulla Fronteriza encontró a una madre con un bebé a lo largo de la carretera fronteriza cerca del puerto de entrada de Mariposa. Trágicamente, la bebé falleció más tarde en el hospital a pesar de los esfuerzos por salvar su vida.
Grupos humanitarios en Arizona están trabajando incansablemente para asistir a cientos de migrantes liberados por la Patrulla Fronteriza en diversas ciudades a lo largo de la frontera con México.
El Departamento de Emergencias del Condado de Cochise informa que aproximadamente 22 camiones transportan diariamente migrantes desde ciudades como Nogales hacia albergues en Tucson o Phoenix.
El Sector Tucson de la Patrulla Fronteriza ha arrestado un promedio de 1,900 migrantes por día del 8 al 14 de septiembre. Estas liberaciones de migrantes ocurren en varias ciudades, en cualquier momento del día, sin previo aviso a las autoridades locales.
El jueves, el presidente Joe Biden tiene previsto visitar Arizona, aunque no está programado que visite la frontera ni aborde directamente la crisis migratoria, lo que ha sido objeto de críticas por parte del Sindicato de la Patrulla Fronteriza.
La llegada de migrantes irregulares, en su mayoría procedentes de Venezuela, continúa en el área de Eagle Pass, Texas. Algunos migrantes incluso plantaron una bandera venezolana en un islote del río fronterizo, que posteriormente fue retirada por personal del Departamento de Seguridad Pública de Texas.
El viernes, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) reportó cerca de 233,000 detenciones de migrantes irregulares a lo largo de la frontera con México durante agosto, lo que representa un aumento del 27% en comparación con julio y la cifra mensual más alta del año.
Cientos de migrantes que cruzaron la frontera sur de Estados Unidos por San Diego se encuentran ahora en un campamento al aire libre en las cercanías del desierto de California. Esperan su turno para entrevistas con oficiales de asilo y para presentar la documentación que respalda sus solicitudes.
México se comprometió recientemente en una reunión con funcionarios estadounidenses en Ciudad Juárez a “despresurizar” la frontera norte mexicana mediante el “retorno” de los migrantes a sus países de origen.
El acuerdo incluye la entrega de migrantes expulsados de EE.UU. por el Puente Internacional de Ciudad Juárez a las autoridades migratorias mexicanas. También se acordó la ubicación de puntos estratégicos para el rescate y disuasión de migrantes que utilizan diferentes medios para llegar a la frontera.
Además, se realizarán gestiones con varios países para que reciban a sus ciudadanos deportados.
El titular interino de la CBP, Troy Miller, destacó la influencia de contrabandistas sin escrúpulos en esta nueva oleada migratoria y resaltó la colaboración continua con México para abordar la migración irregular a lo largo de la frontera compartida.
En virtud de este acuerdo, autoridades federales y municipales están llevando a cabo operativos para disuadir a los migrantes de acampar y cruzar ilegalmente el río Grande para ingresar a Estados Unidos. La situación en la frontera sigue siendo una preocupación crucial tanto para Estados Unidos como para México en medio de esta crisis migratoria en curso.
