Video: Así queda una mano después de sufrir necrosis por congelamiento

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La congelación es una lesión causada por el congelamiento de la piel y los tejidos subyacentes. En la etapa más temprana de la congelación, también llamada congelación de primer grado, no hay daño permanente en la piel. Los síntomas incluyen piel fría y sensación de picazón, seguidos de entumecimiento y piel inflamada o con manchas. A medida que empeora la congelación, la piel puede volverse dura o de aspecto ceroso.

La piel expuesta al clima frío y ventoso es más vulnerable a la congelación, pero también puede afectar a la piel cubierta por guantes u otras prendas. Es posible que no te des cuenta de la congelación hasta que alguien te la haga notar.

Puedes tratar la congelación de primer grado volviendo a calentar la piel. Todos los otros tipos de congelación requieren atención médica ya que puede dañar la piel, los músculos, los huesos y otros tejidos de forma permanente.

En el proceso de congelación, el agua que contiene nuestro organismo se convierte en hielo, el cual aumenta de volumen y genera cristales que destruyen nuestros tejidos. Es decir, la congelación rompe las células, lo que hace que nuestros órganos se vuelvan inservibles y sean imposibles de recomponer

Congelaciones de tercer grado: Se caracterizan por presentar un color negruzco, aparecen costras debido a la destrucción de los tejidos (necrosis), y son indoloras, pues las terminaciones nerviosas han sido destruidas


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