El bagre de 2.85 metros fue devuelto con seguridad al río Po, el cual fluye, de oeste a este, desde los Alpes cocios al mar Adriático.
El pescador profesional Alessandro Biancardi logró capturar un gigantesco bagre de 2.85 metros en el río Po, Italia. Esta pesca supera por cuatro centímetros el récord mundial previo y “es el resultado de 23 años de duro trabajo”.
Para poner en perspectiva el tamaño del pez cabe destacar algunos datos: el tamaño promedio de un hombre mexicano es de 1.70 metros y el de una mujer es de 1.57, según datos del Imperial College de Londres. De acuerdo con la empresa de transporte DSV, un tráiler de carga mide 2.46 metros de anchura y 2.70 de altura.
“¡Estamos muuuuy orgullosos de ti, Alessandro! ¡Gracias! ¡Has hecho historia en el mundo de la pesca de siluros!“, celebró Madcat en su cuenta oficial de Instagram. Alessandro pertenece a la filial italiana de esta organización, la cual se dedica a la pesca de bagres y a fabricar herramientas para este deporte.
En presencia de 10 testigos, se realizó una medición oficial exhaustiva.Además, se envió documentación a la Asociación Internacional de Pesca Deportiva (IGFA, por sus siglas en inglés) para que pudieran registrar oficialmente este gran pez”, informó Madcat.
La histórica captura ocurrió el pasado 31 de mayo. Aquel día Biancardi llegó al río Po y comenzó a pescar como ha hecho por 23 años. En la zona pantanosa del cuerpo de agua, lanzó el anzuelo y el gigantesco pez lo mordió.
Después de unos pocos lanzamientos, llegó una mordida poderosa, el pez se quedó quieto durante unos segundos antes de comenzar una pelea muy intensa, entre corrientes fuertes y muchos obstáculos sumergidos.Tranquilamente logré luchar contra lo que sentía era un pez prehistórico”, contó Alessandro en el blog de Madcat.
La pelea duró 40 “interminables” minutos hasta que el pescador logró llevar el pez hacia aguas poco profundas y capturarlo. Ya en la orilla del río, Biancardi llamó a un amigo suyo y frente a testigos realizaron la medición oficial del animal.
“Tenía mucha curiosidad por el peso, pero temía estresar demasiado a ese ejemplar raro, así que decidí soltarlo de manera segura, con la esperanza de que pudiera darle a otro pescador la misma alegría que me dio a mí”, relató.