No dividan, arranquen ya, pide AMLO a corcholatas

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Ciudad de México.- En medio de la guerra por la candidatura presidencial de Morena, el presidente Andrés Manuel López Obrador intentó poner en orden a las “corcholatas”, a quienes pidió no dividir, aceptar los resultados de las encuestas y adelantar el arranque del proceso interno.

La instrucción, que ya se aterriza en la dirigencia nacional de Morena, a cargo de Mario Delgado, conlleva iniciar la elección interna en tres meses: convocatoria en junio, primera encuesta en julio, segunda en agosto y el destape final para septiembre, el mes patrio.

Transcurría la tarde del viernes 28 de abril y la tribuna del Senado permanecía tomada por la Oposición, para exigir que se nombrara a los comisionados del INAI.

De manera convulsa, Morena y sus aliados lograron abrir la última sesión del periodo y luego decretaron un receso. Lejos de prevalecer un ambiente de preocupación por las reformas pendientes, los legisladores estaban de plácemes.

Salieron del edificio ubicado en el cruce de Paseo de la Reforma e Insurgentes para abordar los autobuses que, escoltados por la Policía de la Ciudad de México, los llevarían a Palacio Nacional. Eran los invitados del Presidente.

Con un Zócalo a reventar por el concierto de Rosalía, el convoy se abrió paso sin problema y llevó a los senadores de Morena, PVEM, PT y PES hasta el acceso ubicado en la calle Corregidora.

Entraron en fila, incluido el coordinador Ricardo Monreal, quien llevaba 27 meses distanciado y sin pisar las oficinas presidenciales.

Los invitados caminaron por los pasillos hasta el Recinto Parlamentario, donde se discutió y juró la Constitución de 1857.

Ya en el lugar, cayeron en cuenta de que no se trataba de una reunión de trabajo relacionada con los pendientes parlamentarios.

Los senadores estaban ahí para atestiguar el primer encuentro del presidente con los cuatro aspirantes a sucederlo en el cargo.

En el centro del parlamento, alfombrado en color rojo, fue colocada una mesa donde López Obrador quedó flanqueado por los presidenciables. A su derecha, Adán Augusto y Marcelo Ebrard. A su izquierda, Ricardo Monreal y Claudia Sheinbaum.

Era una reunión con quienes en público se llaman “hermanos”, pero que en privado operan para golpear al contrincante y tratar de rebasarlo en las encuestas.

Fiel a su estilo, el Presidente fue orador único. Habló por casi 50 minutos sobre los logros de su Gobierno, detalles y fechas de sus proyectos prioritarios y hasta anécdotas que provocaron las carcajadas de los presentes.

De pasada, agradeció el trabajo de los legisladores, les pidió avanzar en los pendientes y hasta intentó convencerlos de detener el reloj legislativo para obligar a la Oposición a mantener la toma de la tribuna. Quería exhibirlos en la mañanera.

López Obrador acababa de salir de su tercer contagio de Covid. Cinco días antes, su salud había colapsado, provocándole un desmayo transitorio que obligó a trasladarlo en una ambulancia aérea desde Mérida hasta la Ciudad de México.

Visiblemente recuperado, el Presidente se tomó su tiempo para dejar en claro lo que piensa sobre la sucesión del 2024. De acuerdo con el testimonio de senadores que simpatizan con los distintos aspirantes, el tabasqueño subrayó que la prioridad es evitar una fractura interna, derivada de la selección del candidato.

En diferentes frases y momentos insistió en que es indispensable garantizar la unidad. Tras recordar que le tomó tres intentos llegar a la silla del águila, les pidió que sean capaces de resistir, en caso de que pierdan en la encuesta.

Y luego soltó una frase que prendió las alertas: el proceso para la definición tiene que iniciar en tres meses. Algunos senadores interpretaron la expresión como una orden para conocer el nombre del candidato en agosto y no en diciembre, como se tenía planeado.

Sin embargo, otros advirtieron que el mandatario solo pidió acelerar el calendario para no esperar hasta que termine el año. No obstante, el dirigente morenista, Mario Delgado, no se encontraba en el lugar, pero en los hechos, la dirigencia morenista ya trabaja para aterrizar las instrucciones presidenciales.

“No se calienten”, pidió Mario Delgado a “las corcholatas” cinco días después, ahora obligadas a mantener la unidad.

A petición del jefe del Ejecutivo, el cálculo de los tiempos también se afina con la idea de conocer, rumbo a septiembre, a quien peleará en las urnas por recibir a estafeta.


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