Cuando hablamos de prevención delictiva, debemos todos sentirnos parte de está definición como sociedad, ya que es competencia de absolutamente todos el crear un ambiente de paz en nuestra comunidad.
Es está área, la de prevención, en dónde se deberían enfocar mayores esfuerzos tanto económicos, materiales, humanos y de capacitación para poder mitigar la dolencia tan fuerte que sufre actualmente ciudad Juárez.
A lo largo de mi vida como activista social y creador de modelos de intervención han sido pocas las ocasiones donde se ha podido ver un interés genuino por erradicar la comisión de delitos por medio de la poderosa herramienta de prevención.
Así mismo estamos conscientes que esta problemática debe atenderse de una manera multiangular, partiendo por atender y apartar de las garras del crimen organizado al caldo de cultivo que significan nuestros jóvenes, pues es en está etapa de la vida donde la inexperiencia, la poca capacidad de medir riesgos y el arrojo hacen que nuestros muchachos se quieran sentir parte de algo, en este caso malamente de alguna célula criminal.
Muchas personas atribuyen que los jóvenes se enfilan en las nóminas de la maña por cuestiones meramente económicas y aquí es donde entra, a mi muy particular punto de vista, el desacuerdo, ya que si nuestros jóvenes cuentan con una fuerte convicción de valores humanos será muy complicado que se quebranten ante el destello del dinero “fácil”, esto hablando meramente de la frontera, dónde además existen vastas fuentes de empleo honrado.
Sin embargo alguien que ha entendido a la perfección la técnica de “cerrar pinzas” ante este gran reto es el actual Director de Prevención Social de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, el Doctor Antonio Salas, quien se ha preocupado por ir dando tiros de precisión a cada una de las caras que involucran este escabroso tema, además de ser un gestor y mediador para poder cumplir con el gran reto que Cesar Omar Muñoz, actual secretario de la SSPM le ha puesto enfrente.
Ha sido desde esa trinchera de la policía municipal dónde comenzó un programa exitoso tanto en perspectiva como en estadística, mismo que se ha posicionado como uno de los favoritos y más socorrido por los docentes de nivel secundaria, estamos hablando del modelo de intervención denominado “Valora-T” que actualmente impacta a cerca de mil adolescente directamente a si como a sus padres y de manera indirecta a sus círculos cercanos.
Además es de llamar la atención la forma en la que agentes de la corporación se han acercado a los líderes de familia, por medio del grupo de proximidad, que se encarga de entrar en centros laborales como maquiladoras dónde se exponen, por medio de pláticas y talleres, cuáles son los causantes de la violencia familiar, misma que recae además de la pareja, en los hijos.
Sin lugar a dudas este tipo de estrategias, son bien vistas por quienes desde hace muchos años hemos dedicado nuestras energías en atender de manera directa a las juventudes fronterizas y que genuinamente queremos ver una nueva generación de jóvenes echados para adelante, con valores y temple lo suficientemente fuertes como para evitar caer en la criminalidad y así generar un ambiente de sana convivencia social donde no tengamos por qué preocuparnos de que quien ande asesinando, asaltando, o traficando con sustancias prohibidas sea un jovencito de menos de dieciséis años de edad.
Aquí la invitación es para todos a seguir aportando nuestra mejor actitud, conocimiento y entendimiento para orientar a está generación creciente que son los jóvenes de Ciudad Juárez.