La Albiceleste logra su tercer campeonato de la historia tras vencer a Francia en penales.
Doha .- El éxtasis de Lionel Messi es el de millones de argentinos y aficionados al futbol que hoy vieron alcanzar la gloria a uno de los mejores de la historia, porque Argentina es el campeón del mundo tras vencer en penales 4-2 a Francia, luego de un 3-3 en tiempo regular y prórroga de una de las más dramáticas finales de la historia. La leyenda por fin tocó el cielo.
El Mundial tiene a su “Messías”, como le llaman los argentinos al 10, que al igual que Diego Armando Maradona condujo a la Albiceleste al título, con sus siete goles, uno de penal al 23′ y otro al 108′, ya en la prórroga, que le valió además la Bota de Oro y por la que ya no hay discusión sobre su leyenda.
Messi, el siete veces ganador del Balón de Oro, sí es de otro planeta, por su frialdad en la ejecución del penal, por ese espíritu que a sus 35 años le permitió comandar la jugada en la prórroga para darle la vuelta a un partido de emociones al límite, de dramatismo, en la que Kylian Mbappé había resucitado a Francia con dos goles en solamente un minuto, 80′ y 81′, y en la cual habría de meterlos a la pelea ya en la prórroga.
Pero la historia le tenía reservado a Messi su mejor desenlace en una Copa del Mundo, la tercera para Argentina.
A sus 35 años aún tuvo piernas y oxígeno para empujar al 108′ el balón tras un rechace de Lloris a tiro potente de Lautaro Martínez. Era el gol de la gloria pero Mbappé no había dicho la última palabra.
Un absurdo penal de Gonzalo Montiel le dio a Kylian el segundo penal del juego y el galo, heredero de las glorias de Messi y Cristiano, una vez más empató y aumentó el dramatismo para el juego.
Y luego Emiliano Martínez hizo la atajada de la noche en un mano a mano contra Kolo Muani y en la siguiente jugada Lautaro Martínez falló un cabezazo a lo Higuaín.
Llegaron los penales y Messi ganó el volado para elegir cobrar frente a su gente, pero perdió el que decidió abrir la tanda. Y otra vez Mbappé fue implacable y Kolo Muani lo emuló, pero no Kingsley Coman y Tchouaméni, ante el “Dibu” Martínez tan cómodo en estas instancias.
Messi cobró con frialdad y encaminó otra vez a su equipo al título, para incrementar la confianza de Paulo Dybala, Leandro Paredes y finalmente de Gonzalo Montiel, quien tuvo su redención en este mismo partido.
Sólo así podría acabar una Final llena de drama y de épica con Mbappé y sus tres goles, así como Messi alcanzando la leyenda de Diego Armando Maradona.