“Lo que vemos es una serie de cosas destinadas a desestabilizar y perturbar el proceso electoral”, dijo a Reuters una alta fuente judicial.
Las autoridades electorales de Brasil se preparan para una elección competitiva el domingo 30 de octubre, con un resultado que puede ser impugnado por el presidente de extrema derecha Jair Bolsonaro si pierde ante su adversario de izquierda, Luiz Inacio Lula da Silva, que tiene una estrecha ventaja en las últimas encuestas de opinión.
El Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil, liderado por magistrados de la Corte Suprema, está preparado para que Bolsonaro impugne cualquier victoria del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, lo que podría movilizar manifestaciones, según personas familiarizadas con los preparativos del tribunal que pidieron el anonimato para compartir la información.
“Lo que vemos es una serie de cosas destinadas a desestabilizar y perturbar el proceso electoral“, dijo a Reuters una alta fuente judicial, aunque restó importancia al riesgo de que se produzcan disturbios generalizados.
“Tenemos que seguir de cerca lo que va a ocurrir y mantenernos en contacto con las fuerzas de seguridad para evitar disturbios en las calles”, dijo la fuente.
Cuatro fuentes dijeron a Reuters que el TSE y el Tribunal Supremo tienen planes para reforzar la seguridad de los jueces y las instituciones el domingo, y esperan que las tensiones puedan durar hasta que se certifique el resultado de las elecciones presidenciales el 19 de diciembre.