Se va un grande, James Caan

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Nueva York – El actor estadunidense Ja­mes Caan, a quien muchos recuerdan como el violento Sonny Corleone, el hijo de Don Vito Corleone en El Pa­drino o como Paul Sheldon, el famoso escritor que es se­cuestrado por una enfermera demente en Misery, falleció este miércoles a los 82 años en Los Ángeles, California, dejando un legado cinema­tográfico de seis décadas en las que trabajó en 137 producciones.

Con gran tristeza les in­formamos del fallecimiento de Jimmy la noche del seis de julio. La familia agradece las muestras de amor y las más sinceras condolencias y les pide que continúen respe­tando su privacidad durante este momento difícil. Fin del tuit”, fue lo que se leyó la tarde de ayer en la cuenta de Twit­ter del finado actor en la que él solía acabar sus tuits con la frase ‘Fin del tuit’.

Nacido el 26 de marzo de 1940 en Nueva York, James Edmund Caan provenía de una familia de inmigrantes judíos. Durante su juventud mostró interés por el futbol americano y compaginaba ese gusto con la carrera de economía, la afición por el karate y el rodeo, por lo que obtuvo el apodo del “vaque­ro judío”.

Poco a poco se sintió más atraído hacia la actuación y se graduó de la Escuela de Tea­tro Neighborhood Playhouse School. De tal suerte a prin­cipios de la década de los sesenta inició una carrera actoral en obras de teatro en Nueva York.

De ahí dio el brinco a las series de televisión, donde debutó como intérprete en Naked City y en 1964 comen­zó su carrera en los sets cine­matográficos al lado de Olivia de Havilland en Lady in a Cage. Trabajó con el maestro del suspenso Alfred Hitch­cock en The Alfred Hitchcock Hour, con Howard Hawks en El dorado y con William Hale en Camino a Shiloh.

El director Francis Ford Coppola, amigo de juventud de Caan, fue pieza clave en su carrera pues le invitó a varios de sus proyectos como The Rain People de 1969 y El Pa­drino, cinta por la que Caan se convirtió en un referente fíl­mico, logró la popularidad y por la que recibió su primera y única nominación al Oscar. La década de los 70 fue muy importante en su carre­ra al tener cintas como Fun­ny Lady, Otro hombre, otra mujer, Rollerball, The Killer Elite y Mi profesión: Ladrón, que él consideraba uno de sus mejores personajes que pudo realizar.

En la década de los 80, aunque trabajó en varias producciones, James Caan enfrentó un problema de adicción y depresión tras la muerte de su hermana debido a cáncer.

Tras seis años de ausen­cia en 1977 regresó a los sets de la mano de su amigo Fran­cis Ford Coppola en Jardines de piedra. Hizo varas cosas en las décadas subsecuentes y se le recuerda en trabajos como Misery, Dick Tracy, Ho­neymoon en Las Vegas, Jack y Archie, New York I Love You, Eraser y Por el amor al dinero.


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