Una joven mujer denunció que fue llevada al Cerecito, presuntamente sin probar una sola gota de alcohol, afirmó que agentes de tránsito y/o el doctor alteraron de alguna forma el alcoholímetro, incluso en una segunda prueba que exigió salió negativa, pero aún así fue detenido por 24 horas.
“Familia y amigos, con todo el dolor de mi corazón y sintiéndome también muy afortunada les comparto lo siguiente: El sábado pasado salí en la noche con un amigo sin esperar todo lo que iba a vivir después. Saliendo del lugar, ni dos minutos de comenzar a manejar, una unidad de tránsito me detiene y me comenta que estoy en estado de ebriedad (cosa que no era cierta).
Comenzó a pedir más “refuerzos” y a llamar por teléfono durante largo tiempo. En ese momento yo marqué a mis papás y mi amigo, con el que salí llegó conmigo.
A los minutos, llega una tránsito mujer y me pide que me baje del carro, me pasa a la parte de atrás y me esposa. Comencé a asustarme y a decirles por llamada a mis papás que llegaran rápido porque me querían llevar.
Mi amigo sostenía mi teléfono y les decía a mis papás todo lo que estaba sucediendo mientras a mi me subían a la unidad. Yo les pedía que esperaran a que mis papás llegaran pero no me hicieron caso. La oficial mujer le habló a otro tránsito para que la ayudara a subirme a la unidad, y este por el otro lado de la puerta me jaló para meterme rápido. Estando arriba, la oficial habla por teléfono y dice lo siguiente: ” ya la llevamos, ya la llevamos “.
Yo le pregunté que si me iban a llevar a la unidad de tránsito y sólo se quedó callada. Ahí ya comencé a pensar lo peor. Comienza a manejar y a los pocos minutos veo a mi papá, como pude, esposada, comencé a pegarle a las ventanas de la unidad para que mi papá pudiera darse cuenta que yo estaba ahí. Mi papá comienza a perseguir la unidad y la tránsito hace una llamada y comunica que mi papá nos venía siguiendo y que “a dónde le daba”. Le comunicaron que me llevara a la unidad de tránsito. Ahí confirmé completamente que su intención al detenerme era otra.
Al llegar a la unidad de tránsito me hicieron una prueba de alcoholímetro que lamentablemente fue manipulada ante mis ojos.
Después de eso, decidieron llevarme al cerecito dónde fui privada de mi libertad por 24 horas. Ahí dentro, al tener mi audiencia, solicité otra prueba de alcoholímetro para demostrar que yo estaba sobria. La aceptaron y en efecto, demostré estar sin ningún gramo de alcohol en sangre. No sirvió de nada. Aún así, decidieron darme 24 horas en ese lugar. Allá dentro, a los oficiales les comentaba mi situación y todos me decían ” usted no debería estar aquí ” ¿por qué está aquí si salió su prueba negativa? “, pero nadie hacía nada.
Si mi amigo no hubiera estado ahí, si mi papá no hubiera encontrado la unidad en la que me llevaban así de rápido como lo hizo, dudo mucho que estuviera con vida.
Afortunadamente, las 24 horas pasaron y pude salir, ahorita me encuentro bien y con mi familia. Me siento afortunada como dije al inicio por poder estar aquí contando esto. Esto lo hago con la finalidad de alertar. Las autoridades no nos cuidan. Las autoridades no nos quieren vivas. Las autoridades son corruptas. Cuídense mucho por favor, y NO salgan solas a ningún lado.”