Trabajadores del panteón San Nicolás Tolentino, en la alcaldía Iztapalapa, denunciaron que la exhumación y robo de cadáveres de ese lugar son constantes debido a que la barda perimetral presenta derrumbes en varios puntos.
De este sitio fue desenterrado y extraído el cuerpo del bebé encontrado el 10 de enero en un basurero del penal de San Miguel, en Puebla, según las investigaciones.
Los trabajadores –que pidieron el anonimato– aseguraron a este medio que durante las noches o madrugadas se introducen personas ajenas al panteón por las áreas dañadas de la barda perimetral para exhumar cuerpos y llevárselos.
Añadieron que muchos de los cadáveres son hurtados por gente que se dedica a la brujería y la santería.
Por lo que se refiere al cuerpo del bebé (llamado Tadeo), las investigaciones de las fiscalías de la Ciudad de México y Puebla apuntan que fueron integrantes del crimen organizado; sin embargo, las pesquisas continúan a fin de aclarar el caso.
Policías de la Ciudad de México resguardan la tumba de donde fue exhumado el cuerpo del menor, misma que está acordonada con cinta amarilla. Personal de la Coordinación General de Servicios Periciales de la Fiscalía capitalina lleva a cabo la inspección ocular en busca de evidencias.
Ayer la jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, afirmó que el caso debe esclarecerse. “Por supuesto tiene que aclararse todo en torno a ello y hacer las investigaciones conducentes”, dijo.
La mandataria aseveró que nunca se había registrado un caso así. “Desde que estábamos en el Gobierno no habíamos conocido ningún caso de este tipo en la ciudad hasta este caso y por supuesto tiene que investigarse y conocerse qué pasó”.