Cientos de policías patrullaban este sábado alrededor del Capitolio de Estados Unidos, antes de una concentración de partidarios de quienes irrumpieron en el edificio el 6 de enero para tratar de anular la derrota electoral del expresidente Donald Trump, informó Reuters.
Una valla negra de 2.44 metros de altura, que rodeó el edificio de cúpula blanca durante unos seis meses después del ataque, fue repuesta y 100 efectivos de la Guardia Nacional están en alerta.
Funcionarios de seguridad realizaban controles adicionales a los viajeros que llegaban al aeropuerto más cercano de Washington, en un esfuerzo por evitar la violencia.
Horas antes de que comience la concentración, agentes de la Policía del Capitolio con cascos antidisturbios y armados con porras y pistolas tomaron posiciones fuera de la valla.
Los autobuses municipales que llevaban a los agentes al lugar bloquearon las calles cercanas.
“El 6 de enero sabíamos que había algo, pero nadie esperaba lo que ocurrió. Esta vez, esperamos lo peor”, dijo un agente de policía de guardia cerca del Capitolio, que habló bajo condición de anonimato.
La afluencia de público era escasa a primera hora del día.
Un hombre llamado Tim Smith estaba sin camisa fuera del Capitolio con un cartel rojo, blanco y azul con la leyenda “Perdedor” pintado en él. El mensaje iba dirigido a Trump, dijo.
A diferencia del 6 de enero, cuando el Congreso estaba en sesión para certificar la elección del demócrata Joe Biden, el Capitolio estaba prácticamente vacío el sábado, con la mayoría de los legisladores fuera de la ciudad.