NO ESTOY DE ACUERDO, SEÑOR PRESIDENTE

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Por Rafael Navarro Barrón

No estoy de acuerdo, señor presidente Andrés Manuel López Obrador, con el mensaje político que nos dejó en su gira por Ciudad Juárez.

Usted no vive en esta frontera, ni en el Estado de Chihuahua. No tiene que enfrentarse diariamente a la soberbia e incapacidad de los gobernantes, ni en los múltiples actos de desfachatez que han cometido en la entidad y en la ciudad donde vivimos.

Me pregunto: ¿Entiende usted cuál peso moral tiene su presencia en Ciudad Juárez? Usted es la última instancia de soporte que tenemos como ciudadanos, y viene a echar a perder esa esperanza, escuchando, como una verdad absoluta, la realidad que le plantean los gobernantes que anduvieron pegados a usted, como ‘tábanos’ -como lo que son- durante su gira por esta frontera.

Muchos chihuahuenses no estamos de acuerdo con el pragmatismo de su partido, Morena, que aceptó la inclusión de personajes tan nefastos para esta frontera como el actual alcalde Armando Cabada Alvídrez, ahora blindado como diputado federal, electo por la vía plurinominal. Y por lo que vimos este fin de semana, está siendo ‘blanqueado’ por su gobierno.


Imagínese esta hipótesis: Cabada se ha convertido en morenista. En unos días, un presidente municipal emanado del Movimiento de Regeneración Nacional, asumirá las riendas de la alcaldía. Sin chuparnos el dedo, señor presidente, ¿cuál cree que será el trato?

Señor presidente, cuando estuvo junto Armando Cabada, ¿realmente lo sintió como miembro del partido que usted creó? Lo miró bien, señor presidente. Ese rostro lleno de mentiras y ansiedad es propio de un gobernante que se va a ir con toda tranquilidad.

El trae el peso de la conciencia. Sabe que sus días, sin raspones, están contados, porque está consciente de lo que hizo y lo que saldrá a la luz pública cuando los medios de comunicación que tiene comprados (el 85 por ciento de los que circulan en Ciudad Juárez y otros tantos de Chihuahua) empiecen a tener hambre. ¿Lo va a proteger como lo ha hecho con tantos igual que él, señor presidente?

Porque aquí la gran duda es ¿Qué puede hacer usted contra un miembro de su partido, acusado y reconocido como un gobernante corrupto? Ayer lo vimos. Lo puso a cortar listones y dejarlo que amenizara la fiesta contando “uno, dos, tres…” en la inauguración del cuartel de la Guardia Nacional. Como alcalde eso es lo único que le sale, contar hasta tres…sus limitaciones son evidentes.

Tengo una duda, señor presidente: ¿Recorrió las calles de Juárez? Su camioneta último modelo cayó en alguno de los tantos baches en los que transitamos los juarenses. Esas vialidades están sucias, oscuras, llenas de escombro y basura, abandonadas. Antes de su llegada, brigadas de limpia, el pueblo pobre que usted tanto cuida, salió a limpiar la ciudad para que usted la viera limpia, pero continuará cochina el resto de los meses, porque tenemos un alcalde que fue una equivocación “democrática” del pueblo y ahora pagamos las consecuencias.

Usted “sembrando vida” en todo el país y el alcalde matando la siembra viva que existía en los camellones, en los parques, en las zonas libres, porque tiene tan poca imaginación que ignora que las plantas viven del cuidado del hombre y del riego permanente.

Esa urbe sucia y abandonada es la metrópoli que gobierna uno de sus compañeros de partido. Eso es lo que compró Morena en el pasado proceso electoral.

Las calles de Juárez intransitables

También, señor presidente, estamos un gobierno estatal fallido, cuyo titular, usted lo vio, casi casi se bajó los pantalones y pedía, públicamente, la inclusión a Morena.

Ese gobernante es el peor de todas las décadas. Ni el vulgar ladrón de Duarte tocó los límites de este huevón que, por fortuna, ya se va.

Javier Corral Jurado no es lo que usted cree, señor presidente. Ha engañado a los políticos del país durante décadas y usted cayó en ese garlito.

Desafortunado, el elogio que lanzó a favor de él, nos defraudo a los chihuahuenses que en el pasado proceso electoral le dimos la espalda votando por una candidata contraria a sus preferencias. Le puedo decir, sin temor a equivocarme, que lo elogió en muy mal momento y lo sobre dimensionó. ¿Corral estadista? No es broma, ¿verdad?

El gobernante aludido es un megalómano que tiene una amplia carpeta de investigación (no oficial) de encuentros con personas que usted ni se imagina; ha realizado actividades que son dignos de un delincuente, que estarán a disposición de quien lo quiera leer, ver y escuchar, porque creo que esa carrera política debe de terminar ya, antes de que sigan haciendo más daño al país.

Nos sorprende que usted lo elogie y lo ponga en el casillero de los demócratas. Rectifique, investigue, señor presidente. Usted puede tener todos los datos que se proponga con su sistema de inteligencia.

Foto de Cydnoticias.mx

Le puede advertir que Corral es un hombre corrompido, profundamente corrompido que sabe ocultar muy bien sus ambiciones, sus traiciones, sus pasiones. Le pido que analice muy bien el último sustantivo, señor presidente, allí está la esencia de su principal enfermedad.

Lo está engañando, señor presidente, como engañó al pueblo por cinco años y usted, ¿Ingenuo? ¿Valemadrista? ¿Cansado de gobernar? ¿Tergiversando la realidad?, le cree a pie juntillas todas las fantasías que le comenta.

Y se lo dice uno de los tantos chihuahuenses que hemos tenido que soportar, cinco años, un gobierno fallido, falaz, a un hombre falso en toda la esencia, mentiroso, intrigoso, y lleno de complejos. Todo eso da pie a creer que la impunidad va a continuar en su gobierno.

De vez en cuando crea en los medios de comunicación, señor presidente, crea en los periodistas no todos estamos podridos.


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