La vacunación es probablemente la mejor forma de prevenir el Covid-19 durante el embarazo, cuando el riesgo de enfermedad grave y muerte por el virus es más alto de lo habitual.
El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos sostiene que no deben negarse las vacunas a las embarazadas, y que son ellas las que tienen que discutir los riesgos y beneficios que entraña ponérsela con sus médicos.
La autorización de emergencia del gobierno estadounidense para las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna que se están administrando a grupos prioritarios no contempla la gestación como un motivo para no recibirla.
Pero el grupo de obstetricia y ginecología dice que las mujeres deben consultar a sus doctores, ya que las vacunas contra el coronavirus no se han probado aún en embarazadas. Las evidencias sobre la seguridad y eficacia del fármaco son tranquilizadoras luego de estudios que, de forma no intencional, incluyeron a mujeres que no sabían que estaban embarazadas cuando se inscribieron.
Se espera que los próximos estudios contengan más respuestas, incluyendo uno de la farmacéutica Pfizer y su socia alemana BioNTech que incluirá a embarazadas.
Los expertos dicen que no hay motivo para pensar que las dos vacunas autorizadas podrían causar daños a los fetos. Podrían incluso inmunizarlos ante el Covid-19, aunque está hipótesis tampoco está probada aún, apuntó la doctora Denise Jamieson, responsable de la cátedra de ginecología y obstetricia de la Escuela de Medicina de la Universidad de Emory.
Esta idea deriva en parte de la experiencia con las vacunas para la influenza y la tos ferina, que fueron aprobadas para su uso en embarazadas y protegen tanto a los recién nacidos como a las madres ante esas enfermedades.