Washington— Durmieron sobre los pisos de mármol, hicieron fila para tomar café en el puesto de bocadillos que funcionó las 24 horas y se maravillaron ante las estatuas de mármol de los fundadores del país que están en la Rotonda y el Salón de Estatuas. Se tomaron fotos con sus teléfonos, comieron pizza y en algunas ocasiones jugaron a las cartas, sus carabinas M4 estaban a un lado de ellos.
Grupos de miembros armados, vestidos en ropa de camuflaje y fatigados de la Guardia Nacional estuvieron alrededor del Capitolio y en sus pasillos este miércoles, las armas, cascos y mochilas se encontraban en cada esquina del complejo.
La presencia fuertemente militarizada sirvió como un telón de fondo estremecedor y solemne a la Cámara mientras la mayoría de los legisladores se encontraban acusando a un presidente estadounidense en funciones por incitar una insurrección en el Capitolio del país.
“Todo esto no pertenece a este lugar”, comentó la representante demócrata Elaine Luria de Virginia y veterana que sirvió en la Marina durante 20 años, refiriéndose a la presencia del ejército en el edificio. “Es algo que está fuera de lugar”.
“Odio la idea de que vamos a tener que cambiar de alguna manera, ser más estrictos y más difíciles o más complicados con las personas que vienen a disfrutar de los monumentos históricos debido a lo que sucedió la semana pasada”, agregó.
Algunos legisladores lamentaron la amenaza que provocó que la presencia del ejército fuera necesaria, muchos demócratas están furiosos acerca del papel que jugaron sus colegas republicanos en incitar la rabia de la muchedumbre que atacó el Capitolio, poniendo en peligro las vidas de los legisladores.
